Inclusividad y compromiso en el Diseño Grafico
Inclusividad y compromiso en el Diseño Grafico
Definir el rol del diseñador gráfico es crucial en el mundo globalizado en el que vivimos, donde cada vez es más complicado llegar al mensaje correcto para el público adecuado, pues, la sociedad está marcada por una serie de cambios generacionales, sociales e ideológicos que buscan concientizar de los problemas antes normalizados, como: La igualdad de género, la protección del medio ambiente, la inclusividad, entre otros. El trabajo del diseñador gráfico está presente en todos lados, pues constantemente estamos bombardeados de imágenes, campañas y colores de manera masiva; ergo, la responsabilidad social dentro del diseño debería ser un aspecto relevante a considerar dentro del proceso de creación de un mensaje, pues somos propietarios de las responsabilidades comunicacionales así como gráficas.
Es importante reconocer que tenemos la capacidad de moldear el pensamiento colectivo e influir en la sociedad para quien diseñamos, sin embargo hoy en día el término de responsabilidad social es un término poco usado, pues la mayoría de profesionales carece de ética al momento de generar un producto gráfico, además de desconocer su rol frente al efecto en el comportamiento social, motivados por un factor económico. Actualmente el Diseño Gráfico es un área de conocimiento esencial para las empresas pequeñas y multinacionales, la relación de las mismas con el usuario y/o cliente se ha convertido en la base de confianza y por ende garantías que la empresa puede ofrecer. La responsabilidad social empresarial se refiere a que el crecimiento de la institución no debe ser un proceso interno sino también externo, en el cual contribuya a la construcción de un mundo mejor y demuestre un respeto hacia temas como: la inclusión corporal, el medio ambiente, la inclusión de temas considerados tabú, promocionar el respeto hacia otras personas y disidencias sexo - genéricas, entre otros. Las empresas y por ende el diseño tienen que adaptarse a este nuevo mercado, es preferible ser respetuoso con la diversidad antes que carecer de compromiso con ciertas minorías sociales. Por ejemplo: Es de conocimiento general que dentro de la publicidad ha existido una cosificación del cuerpo femenino, pero al ser una problemática sistematizada en el orden social, también le compete al área misma de la publicidad y el diseño transformar aquellos comportamientos y acciones que son nocivos para el desarrollo libre de la sociedad y estigmatizan a minorías con luchas históricas reconocidas. Así como el rebranding con fines ambientalistas que genera procesos de empaques que emiten menos dióxido de carbono al medio ambiente.
Como diseñadores tenemos que reconocer que somos partícipes indirectos dentro de la responsabilidad social, por ende debemos apoyar la investigación acertada del mercado meta para evitar situaciones que desplacen a las minorías, el cuestionarse frecuentemente la realidad que creemos de cada usuario, nos permitirá diseñar en base a necesidades reales, esto se debe mantener en cada etapa del diseño, tenemos que considerar a nuestro público desde el primer momento, diseñar desde lo funcional antes de lo estético, diseñar con la posibilidad de ayudar a todos, pero sobre todo, para aquellos que atraviesan realidades diversas que los pone en una situación de vulnerabilidad frente a otras personas. Es necesario desarrollar una ética de trabajo que no promueva afectar el comportamiento con ideales obsoletos, por ejemplo “El efecto priming”, que consiste en que un estímulo inicial, imperceptible, puede afectar el comportamiento de otros estímulos posteriores y el individuo nunca sabrá que existió influencia inicial. El Priming puede afectar la vida diaria de las personas y por ende de comunidades o nichos sociales específicos, puede cambiar resultados de elecciones, lo que quiere decir, puede cambiar al imaginario colectivo y si se hace de manera adecuada podría propagar buenas prácticas éticas, tolerancia e inclusión.
Es importante entender que el trabajar con responsabilidad social, entramos en un espacio en el cual las empresas buscan vender productos más conscientes o lavar su imagen ante el público en general, lo ideal sería trabajar con instituciones que realmente estén interesadas en el impacto social positivo, que más allá de la retribución económica, tengan una conexión con el problema social que plantea el producto, sin embargo, no siempre es así. Varias empresas que se suman a campañas buscan un beneficio comercial cuando en la práctica ni los valores, ni la filosofía corporativa cumplen con las acciones que buscan propagar. (No hay programas internos de diversidad, como: la Neurodiversidad, raza, género, etc.).
Podemos concluir que la responsabilidad social e inclusión en el diseño va más allá de generar un producto comercial para un público específico, tenemos el poder de comprometernos con la sociedad y actuar éticamente durante el proyecto, independientemente de los objetivos e intereses del mercado, al ser parte de la sociedad tenemos que generar empatía hacia el público para el cual vamos a diseñar, conocer su contexto, cultura y roles sociales, librarnos de las suposiciones que muchas veces tenemos hacia estos grupos, diseñar en base a sus necesidades, y finalmente ser actores participativos que promuevan la correcta inclusión. En otras palabras, hay que detenernos un momento y pensar ¿cómo puede eso afectar a la sociedad, a las personas? Los diseñadores tenemos un gran poder y eso nos conlleva a tener una gran responsabilidad.
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